En este I domingo del tiempo de cuaresma vamos iniciando de la mejor manera a vivir con intensidad este momento de reflexión; ante todo la Iglesia nos invita a intensificar 3 aspectos de nuestra vida de fe; nuestra oración, las practicas del ayuno y la abstinencia y practicar la caridad con el prójimo.
El Primero la oración: Orar; decía Santa Teresa es “hablar con Quien sabemos nos ama”. La cuaresma es el tiempo propicio para entrar en relación con Dios, estar con Él, con toda confianza y sabiéndonos amados por Él, cualquier momento bueno para orar, en ocasiones al iniciar el día, al terminar el día, mientras vamos de camino, en la Iglesia, y muchas otras formas, pero lo importante es jamás descuidar nuestra oración.
El Segundo: El ayuno que significa ofrecerle a Dios pequeños o grandes sacrificios recordando que a veces conviene privarnos de cosas terrenas no siempre malas con tal de un día alcanzar la Gloria eterna junto a Dios.
El tercero: Hacer la Caridad; mandato expreso de Nuestro Señor Jesucristo, la forma más sublime de alcanzar el cielo es hacer obras de amor por los demás, y este mandato ha quedado un tanto relegado u olvidado pues muchas personas en ocasiones entre tantas ocupaciones se olvidan de tantas personas que tenemos a nuestro lado y que padecen tantas necesidades.
No se te olvide, el tiempo de cuaresma es tiempo de orar, ayunar y hacer el bien.
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